martes, 25 de mayo de 2021

HACER FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO

California: dejemos de hacer historia


 

Fires in California continue to set new records for the “largest,” “most damaging,” “worst air quality” and sadly, the “most deadly” we’ve ever seen.

Los incendios en California siguen batiendo récords por ser los “de mayor dimensión”, los “más dañinos”, los de “peor calidad de aire” y, tristemente, los “más mortales” que hayamos visto alguna vez.

EL PROBLEMA

¿Qué está causando este drástico deterioro? Muchos factores, entre ellos, el clima extremo, las decisiones pasadas respecto del uso del suelo y un siglo de mala administración de los incendios forestales, que dejaron a muchas comunidades y tierras naturales a tan solo una chispa de la catástrofe.

Algunos de los factores que afectan la frecuencia y la gravedad de los incendios forestales en California están fuera de nuestro control, como las sequías, las altas temperaturas récord y los fuertes vientos y, en muchos casos, se exacerban debido al cambio climático. Otros factores están dentro de nuestro alcance, por ejemplo, cómo administramos nuestros bosques de coníferas adaptados al fuego, dónde construimos viviendas y cómo preparamos y protegemos nuestras comunidades.

Es importante observar que las causas y las consecuencias de este patrón extremo de incendios varían según los distintos ecosistemas en California. No existe un enfoque único. Algunas soluciones en la forestada Sierra Nevada y otros bosques propensos a incendios parecen muy distintas de aquellas soluciones en las regiones costeras y en las laderas de las montañas de California dominadas por los arbustos. Teniendo en cuenta esto, debemos movernos de forma rápida y estratégica para actuar donde podamos y debemos adaptar nuestras estrategias a los distintos medioambientes y a los desafíos que enfrentamos.

DEJEMOS DE HACER HISTORIA La tendencia a los mega incendios de California sigue empeorando, amenazando las vidas de las personas y las comunidades en todo California y la salud de los bosques de los que dependemos para los recursos como el agua limpia y el aire. Dejemos de hacer historia y aportemos fondos para la restauración forestal y las comunidades resilientes al fuego.

CÓMO COMENZAR A SOLUCIONARLO

Si bien no podemos detener este problema de la noche a la mañana, hay dos aspectos en los que necesitamos invertir inmediatamente para proteger mejor a las personas y a la naturaleza frente a los incendios forestales: la restauración forestal y las comunidades resilientes al fuego.  

La ciencia demuestra que la restauración forestal, mediante la quema controlada y el raleo ecológico para eliminar árboles pequeños y hojas que provocan incendios, ofrece doble ventaja ya que reduce el riesgo de mega incendios en bosques de coníferas adaptados al fuego, como Sierra Nevada, y permite la reintroducción segura del fuego con muchos beneficios ecológicos.

Además, es fundamental lograr que todas las comunidades en regiones propensas a incendios sean más resilientes adoptando medidas que permitan la construcción de viviendas menos inflamables, mejorando los planes de evacuación y respuesta, dándoles a los propietarios que se encuentran en lugares peligrosos la opción de mudarse y creando nuevas comunidades en lugares adecuados.

LA CIENCIA DETRÁS DE LA RESTAURACIÓN FORESTAL

Nuestro documento técnico recientemente publicado titulado, Wildfires and Forest Resilience: the case for ecological forestry in the Sierra Nevada (Incendios forestales y resiliencia de los bosques: el caso de la forestación ecológica en Sierra Nevada), cita más de 130 estudios científicos para demostrar que el caso científico de forestación ecológica es la mejor solución para combatir los mega incendios en los bosques de coníferas adaptados al fuego de California. Los principales hallazgos son los siguientes:

  • El raleo ecológico, combinado con la quema controlada e incendios forestales administrados, puede reducir considerablemente el riesgo de mega incendios en los bosques de coníferas adaptados al fuego y crear bosques más saludables y más resilientes al fuego, a las sequías y al cambio climático, con importantes beneficios para la calidad del aire, la calidad del agua, el almacenamiento de carbono y el hábitat de la vida silvestre.

  • Enfrentar la amenaza de mega incendios en los bosques requerirá la aplicación de forestación ecológica a escala del paisaje, como nuestro proyecto French Meadows y la iniciativa Tahoe-Central Sierra en el norte de Sierra.

LEER EL DOCUMENTO TÉCNICO SOBRE INCENDIOS Y LA RESILIENCIA DE LOS BOSQUES

En los bosques adaptados al fuego de Sierra Nevada y otras partes del estado (como las cascadas del sur en Mt. Lassen y la región Klamath-Siskiyou del norte de California), décadas de erradicación activa de incendios seguidas de una intensa explotación forestal, que eliminó gran parte de los árboles resistentes al fuego, han dejado a estos bosques con una densidad excesiva. Un bosque saludable debería tener incendios más frecuentes y menos intensos para eliminar árboles pequeños y arbustos. Al erradicar estos incendios, los árboles pequeños y los arbustos se vuelven combustible que puede convertir incendios en mega incendios. 

By thinning the forest understory, we can safely reintroduce fire as a restorative process. Fire suppressed forest on left. Ecologically thinned forest on right.
ECOLOGICALLY MANAGED FORESTS By thinning the forest understory, we can safely reintroduce fire as a restorative process. Fire suppressed forest on left. Ecologically thinned forest on right. © TNC

A través de la práctica del raleo ecológico, podemos promover bosques más saludables y crear condiciones bajo las cuales los incendios controlados y administrados puedan ser seguros y eficaces. El raleo ecológico no hace referencia al talado uniforme, la explotación forestal de bosques maduros ni la explotación forestal salvaje intensiva después de los incendios. Se centra explícitamente en la protección de los árboles más añejos y en la creación de una variedad de características naturales esenciales para la diversidad y la regeneración de los bosques.

La restauración forestal juega un papel importante en la protección de los beneficios que proporcionan los bosques de coníferas a las personas y a la naturaleza, tales como como agua limpia (el 60 % del suministro de agua limpia de California proviene de los bosques de Sierra Nevada), aire limpio, almacenamiento de carbono, recreación y hábitat silvestre. Estos beneficios están enormemente amenazados por los mega incendios. Si protegemos nuestros bosques contra incendios extremos, protegeremos su capacidad de almacenar carbono por mucho tiempo, una importante herramienta en nuestra lucha contra el cambio climático. Además, protegeremos importantes especies de la vida silvestre, como el búho manchado de California, para que no pierdan su hábitat principal.

California spotted owl parent and chick. Spotted owl populations are increasingly threatened by high severity fires that can eliminate or degrade their habitat.
CALIFORNIA SPOTTED OWL California spotted owl parent and chick. Spotted owl populations are increasingly threatened by high severity fires that can eliminate or degrade their habitat. © Danny Hofstadter

Se crea un ciclo vicioso: cuando la restauración forestal se posterga, el riesgo de mega incendios aumenta. Cuando se producen los mega incendios, se reducen los fondos disponibles para mejorar la administración de nuestros bosques.

Director del programa de Sierra Nevada de The Nature Conservancy
MEGA INCENDIOS BAJO CONTROL Mantener nuestros bosques saludables puede reducir la amenaza de mega incendios.

INVERTIR EN COMUNIDADES RESILIENTES

Frente a los mega incendios, tenemos la responsabilidad de invertir y crear comunidades resilientes al fuego. Para hacerlo, debemos considerar seriamente dónde construir nuevas viviendas para la creciente población de California y cómo adaptar nuestras comunidades actuales para enfrentar la creciente amenaza de incendios.

En especial, debemos hacerlo en las regiones costeras y en las laderas de las montañas del centro y sur de California, ya que muchas personas viven en o cerca de áreas con matorrales altamente inflamables. En estas zonas, la administración de la vegetación y las quemas controladas pueden empeorar la situación. Nuestra mejor defensa en estas áreas es una sólida inversión en medidas de protección centradas en evitar incendios provocados por las personas y en crear comunidades resilientes al fuego.

Para las comunidades que ya están establecidas en áreas de alto riesgo de incendio, debemos hacer que dichas viviendas y comunidades sean más resilientes al fuego, a través de incentivos para la modernización de la construcción, programas de espacio defendible basados en la ciencia, la planificación de evacuaciones y la prevención de incendios provocados por las personas. El desarrollo de planes de preparación ante desastres y la inversión en sistemas de detección temprana y extinción de incendios en las condiciones climáticas más peligrosas pueden ayudar a proteger aún más a las comunidades.

Además, debemos repensar las políticas de uso del suelo que ponen a las personas en situaciones peligrosas. Necesitamos nuevas políticas que proporcionen incentivos para crear lugares seguros y sustentables. Frente a estos incendios, debemos preguntarnos seriamente, por ejemplo, cómo respondemos a los riesgos cada vez mayores del cambio climático, tales como incendios, inundaciones y aumento del nivel del mar. Necesitamos nuevas soluciones para incentivar la construcción en lugares que mejoren la seguridad pública y permitan que nuestras comunidades sean más resilientes.

En lugares como Sierra Nevada, las comunidades resilientes requieren una planificación inteligente del desarrollo urbanístico Y TAMBIÉN la administración de bosques saludables. En paisajes más dominados por arbustos, las decisiones inteligentes sobre dónde y cuándo construir nuestras comunidades y la identificación de medidas para reducir los focos de incendio pueden disminuir considerablemente el riesgo para las personas, lo que permite que sus hogares sean más seguros.

Pero este es solo el comienzo. Debemos romper las barreras para desarrollar e implementar importantes proyectos de restauración forestal y reducción de materiales combustibles y para mantener medidas de seguridad ambiental. Por último, necesitamos políticas y programas que permitan incrementar la seguridad de las comunidades orientando el crecimiento lejos de zonas con alto riesgo y mediante la inversión en medidas que reducirán los riesgos de las comunidades actuales.

The Independence Lake Preserve provides critical habitat for the threatened Lahontan cutthroat trout, and the lake provides water for Reno and western Nevada.
CONTROLLED BURNING The Independence Lake Preserve provides critical habitat for the threatened Lahontan cutthroat trout, and the lake provides water for Reno and western Nevada. © Ed Smith/TNC
  1. MEGA INCENDIO: un incendio forestal veloz y de alta intensidad que quema una gran área, en general, 100 000 acres o más

  2. RESTAURACIÓN FORESTAL / FORESTACIÓN ECOLÓGICA: uso de raleo forestal en combinación con la quema controlada, donde sea seguro y adecuado, para reducir las altas cargas de materiales combustibles que contribuyen a los mega incendios

  3. RALEO FORESTAL: quitar estratégicamente los árboles pequeños y arbustos de los bosques de coníferas que provocan mega incendios

  4. QUEMA CONTROLADA: un incendio intencional contenido dentro de un área designada cuyo objetivo es eliminar el sotobosque altamente inflamable (y así reducir el riesgo de mega incendios) y, al mismo tiempo, promover condiciones de bosques más saludables

  5. INCENDIO FORESTAL ADMINISTRADO: incendios provocados que se pueden administrar de manera segura para el beneficio de la naturaleza y la reducción del riesgo de futuros mega incendios

 https://youtu.be/zq0c9U7Fnsc

domingo, 16 de mayo de 2021

 Más allá del calentamiento global, ¿es posible detener los incendios forestales?

Desde el avance de la frontera agrícola hasta la propia conservación a ultranza de los bosques, todo podría ser una posible explicación para el aumento del número de incendios. El modelo californiano, una potencial salida.

Por Redacción DEF

Infobae 15 de Mayo de 2021

Los últimos años demostraron que, en distintos puntos del país, los incendios forestales en Argentina son cada vez más frecuentes y voraces. Durante el 2020 y el principio del 2021, las noticias llegaron desde Córdoba, el Litoral y la Patagonia. Sin embargo, el problema no se percibe solo en nuestro suelo, sino que también se vieron muchos fuegos alrededor de todo el mundo.

Desde el avance de la frontera agrícola, pasando por el calentamiento global y la desertificación, hasta la propia conservación a ultranza de los bosques, todo podría ser una posible explicación para el aumento del número de incendios. Ante este hecho, la pregunta es: ¿cómo puede detenerse el fuego?

TIEMPOS CALIENTES

En el 2020, se registraron temperaturas promedio por encima de lo normal, con vientos fuertes, heladas inesperadas y una ausencia contundente de precipitaciones que marcó el peor registro de lluvias de la última década. Estos factores climáticos favorecieron incendios en 14 provincias argentinas, lo que hizo que se perdiera una enorme cantidad de ambientes naturales y productivos. Para fin de año, Argentina ya había superado el millón de hectáreas dañadas.


Pero la situación de emergencia no terminó en el 2020. A principios de este año, los problemas comenzaron en el sur del país, más precisamente en Río Negro, en las zonas de Bariloche, Cuesta del Ternero y El Bolsón; más tarde, fue el turno de Chubut. El escenario era crítico y fue necesario evacuar zonas habitadas: se calcula que las llamas arrasaron con unas 30.000 hectáreas en lo que va del año.

Según un informe de Alejandro Pezzola, un especialista en sistemas de información geográfica del INTA Hilario Ascasubi, se estima que en el sur de Buenos Aires, hay 1,4 millones de hectáreas en riesgo, mientras que, en Río Negro, se calcula otro 1,1 millón de hectáreas. En total, el número asciende a más de 7 millones de hectáreas en alerta.

INCENDIOS FORESTALES: EL MODELO CALIFORNIANO

Argentina no está sola ante la realidad de incendios voraces y masivos. Basta con repasar las noticias que llegaron durante 2020 desde California, uno de los estados más grandes de EE. UU. Según el Departamento de Bomberos californiano, 9 de los 15 incendios más destructivos en la historia del estado ocurrieron en los últimos cinco años y, en el 2020, se produjeron 6 de los 20 más grandes de los que se tienen registro.

El escenario no es alentador y todo parece conspirar para que esa tendencia se mantenga: un artículo publicado en la revista Environmental Research Letters señala que, durante los últimos 40 años, las fuerzas combinadas de temperaturas más altas y niveles más bajos de precipitación duplicaron el riesgo de condiciones extremas de incendios forestales durante el otoño.

A pesar de que el estado de California tiene uno de los sistemas más profesionales de combate al fuego, todos estos datos y proyecciones abrumadores llevaron a los especialistas a preguntarse si no es hora de replantearse los métodos con los que hacen frente a las llamas: por eso, lo que proponen diversos especialistas son quemas sistemáticas y controladas, y no simples cortafuegos para detener el avance del incendio una vez que se provocó, sino incendios previos que prevengan incendios sorpresivos descontrolados. profesionales de combate al fuego, todos estos datos y proyecciones abrumadores llevaron a los especialistas a preguntarse si no es hora de replantearse los métodos con los que hacen frente a las llamas: por eso, lo que proponen diversos especialistas son quemas sistemáticas y controladas, y no simples cortafuegos para detener el avance del incendio una vez que se provocó, sino incendios previos que prevengan incendios sorpresivos descontrolados.



¿ES POSIBLE UNA SOLUCIÓN PARA DETENER EL FUEGO?

Lo que busca el método antes mencionado es dejar que el bosque se “limpie” naturalmente con incendios que afectan solo a los árboles pequeños y la maleza; aunque no todo es fuego, porque según este “tratamiento” se podrían talar ciertos sectores del bosque. Un extenso informe publicado por la organización ambiental internacional The Nature Conservancy aborda puntualmente esta problemática y brinda una hoja de ruta para pensar los métodos para combatir el fuego.

El artículo se llama “California: dejemos de hacer historia”. Ahí se citan más de 130 estudios científicos para demostrar que la forestación ecológica es la mejor solución para combatir los megaincendios y dice que “un bosque saludable debería tener incendios más frecuentes y menos intensos para eliminar árboles pequeños y arbustos”.

De todos modos, es importante aclarar que el raleo ecológico no hace referencia al talado uniforme, a la explotación forestal de bosques maduros, ni a la explotación forestal intensiva después de los incendios. Sino que se centra explícitamente en la protección de los árboles más añejos y en la creación de una variedad de características naturales esenciales para la diversidad y la regeneración de los bosques.

 

 Un estudio ofrece la evidencia más temprana de que los humanos cambian los ecosistemas con el fuego

Por Mike Cummings

5 de mayo de 2021

El dominio del fuego le ha dado a los humanos el dominio sobre el mundo natural. Un estudio dirigido por Yale proporciona la evidencia más temprana hasta la fecha de que los humanos antiguos alteraron significativamente ecosistemas enteros con llamas.

El estudio, publicado el 5 de mayo en la revista Science Advances , combina evidencia arqueológica - densos grupos de artefactos de piedra que datan de hace 92.000 años - con datos paleoambientales en la costa norte del lago Malawi en África oriental para documentar que los primeros humanos eran ingenieros de ecosistemas. Utilizaron el fuego de una manera que impidió el crecimiento de los bosques de la región, creando un extenso matorral que existe en la actualidad.

“ Esta es la evidencia más temprana que he visto de que los humanos transforman fundamentalmente su ecosistema con fuego”, dijo Jessica Thompson , profesora asistente de antropología en la Facultad de Artes y Ciencias y autora principal del artículo. “Sugiere que en el Pleistoceno tardío, los humanos estaban aprendiendo a usar el fuego de formas verdaderamente novedosas. En este caso, su quema provocó el reemplazo de los bosques de la región por los bosques abiertos que se ven hoy ".

Thompson fue el autor del estudio con 27 colegas de instituciones de Estados Unidos, África, Europa, Asia y Australia. Thompson dirigió el trabajo arqueológico en colaboración con el Departamento de Museos y Monumentos de Malawi; David Wright de la Universidad de Oslo, quien dirigió los esfuerzos para fechar los sitios arqueológicos del estudio; y Sarah Ivory de Penn State, quien dirigió los análisis paleoambientales.


Los artefactos de la Edad de Piedra excavados cerca de las orillas del lago Malawi en el este de África, combinados con datos paleoambientales extraídos del lecho del lago, proporcionan la evidencia más temprana de que los humanos antiguos manipularon su ecosistema con fuego.

Los artefactos examinados por los investigadores son del tipo producido en África en la Edad de Piedra Media, un período que se remonta al menos a 315.000 años. Los primeros humanos modernos hicieron su aparición durante este período, y el registro arqueológico africano muestra avances significativos en la complejidad cognitiva y social.

Thompson y Wright registraron varias temporadas de trabajo arqueológico en la región antes de que una conversación con Ivory les ayudara a entender los patrones que observaron en sus datos. Los investigadores descubrieron que el registro arqueológico regional, sus cambios ecológicos y el desarrollo de abanicos aluviales cerca del lago Malawi, una acumulación de sedimentos erosionados de las tierras altas de la región, datan del mismo período de origen, lo que sugiere que estaban conectados.

Los niveles de agua del lago Malawi han fluctuado drásticamente a lo largo de los siglos. Durante los períodos más secos del lago, el último de los cuales terminó hace unos 85.000 años, se redujo a dos cuerpos de agua pequeños y salinos. El lago se recuperó de estos tramos áridos y sus niveles se han mantenido altos desde entonces, según el estudio.

Los datos arqueológicos se recopilaron de más de 100 pozos excavados en cientos de kilómetros del abanico aluvial que se desarrolló durante este tiempo de niveles estables del lago. Los datos paleoambientales se basan en recuentos de polen y carbón vegetal que se asentaron en el fondo del lecho del lago y luego se recuperaron en un núcleo de sedimento largo perforado desde una barcaza modificada.

Según los investigadores, los datos revelaron que se produjo un aumento en la acumulación de carbón poco antes del aplanamiento de la riqueza de especies de la región: el número de especies distintas que la habitan. A pesar de los niveles constantemente altos del lago, que implican una mayor estabilidad en el ecosistema, la riqueza de especies se desinfló después del último período árido según la información del polen fosilizado extraído del lecho del lago, encontró el estudio. Esto fue inesperado porque en los ciclos climáticos anteriores, los ambientes lluviosos habían producido bosques que brindan un hábitat rico para una abundancia de especies, explicó Ivory.


Las excavaciones arrojaron densos grupos de artefactos de piedra que datan de hace 92.000 años.

“ El polen que vemos en este período más reciente de clima estable es muy diferente al anterior”, dijo. “Específicamente, los árboles que indican copas de los bosques densos y estructuralmente complejos ya no son comunes y son reemplazados por polen de plantas que lidian bien con incendios y disturbios frecuentes.

El aumento de sitios arqueológicos después del último período árido, junto con el aumento en el carbón y la ausencia de bosque, sugiere que la gente estaba manipulando el ecosistema con fuego, concluyen los investigadores. La escala de su impacto ambiental a largo plazo es algo típicamente asociado con los agricultores y pastores, más que con los cazadores-recolectores. Esto sugiere una manipulación ecológica temprana a la par con la gente moderna y también puede explicar por qué se formó el registro arqueológico.

La quema junto con los cambios impulsados ​​por el clima crearon las condiciones que permitieron la preservación de millones de artefactos en la región, explicaron los investigadores. "La suciedad rueda cuesta abajo a menos que haya algo que la detenga", dijo Wright. "Quite los árboles, y cuando llueve, hay mucha tierra moviéndose cuesta abajo en este entorno".

Las transiciones anteriores de condiciones secas a húmedas en la región no produjeron un abanico aluvial similar y no fueron precedidas por el mismo pico de carbón, anotaron los investigadores.


La quema, junto con los cambios impulsados ​​por el clima en la región, creó las condiciones que permitieron la preservación de millones de artefactos.

No está claro por qué la gente estaba quemando el paisaje, dijo Thompson. Es posible que estuvieran experimentando con quemas controladas para producir hábitats de mosaico propicios para la caza y la recolección, un comportamiento documentado entre los cazadores-recolectores. Podría ser que sus fuegos se quemaron fuera de control, o que simplemente había muchas personas quemando combustible en su entorno que les proporcionaba calor, cocina o socialización, explicó.

"De una forma u otra, es causado por la actividad humana", dijo. “Muestra que las primeras personas, durante un largo período de tiempo, tomaron el control de su entorno en lugar de ser controladas por él. Cambiaron paisajes enteros y, para bien o para mal, esa relación con nuestro entorno continúa hoy ".

Este trabajo fue financiado por el Australian Research Council, la National Geographic-Waitt Foundation, la Wenner-Gren Foundation, la University of Queensland Archaeological Field School, la Korean Research Foundation Global Research Network, la Deutsche Forschungsgemeinschaft, la Emory University y el Belmont Forum.

 

sábado, 15 de mayo de 2021